LA HABANA, Cuba, agosto (173.203.82.38) – Imagino la cara que habrán puesto los colegas periodistas oficiales cuando Raúl Castro habló en el Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista sobre la falta de credibilidad de la prensa cubana y se refirió al “mal hábito del triunfalismo, la estridencia y el formalismo al abordar la actualidad nacional”.
Alfredo Guevara, otro anciano líder comunista, ha dicho públicamente que la prensa cubana “es muy pobre y no convence a nadie”.
Entre los colegas oficialistas más exitosos y destacados, los que más viajan y tienen más prebendas, precisamente logradas por escribir del modo a que se refieren Castro y Guevara, están Juan Varela Pérez, Lázaro Barredo y, en segunda línea, Juana Carrasco, Luis Sexto y Marina Menéndez Quintero.
Carrasco vive en Caracas. Con seguridad sabe que son muchos los venezolanos que rechazan la presencia de los cubanos comunistas en su país. Pero de eso no escribe, porque sabe que no debe, ni puede, a pesar de lo que diga Raúl.
Luis Sexto, desde La Habana, nos atiborra continuamente su desabrida y complicada retórica. El pobre no logra escribir con claridad, como Dios y los manuales de periodismo aconsejan; o quizás el mismo prefiera que no se entienda bien lo que quiere decir, por si acaso…
Marina, no sé si continúa andando en su vieja motocicleta por la Habana Vieja, con sus cabellos rizos al viento, después que a fuerza de arengas y discursos en la Mesa Redonda, se ganó un buen puesto en Juventud Rebelde.
Es mi “favorita”. La leo de vez en cuando y a veces hasta estamos de acuerdo. Como pasó con el que más me ha gustado de sus textos: Échale salsita, que publicó recientemente Juventud Rebelde.
En él trascendental texto Marina sabiamente nos explica cómo hacer un buen sofrito y, en ese tema fundamental las dos estamos completamente de acuerdo: se dora el ajo primero, se remueve a fuego lento y se coloca por último la cebolla, el ají y todo lo demás.
Marina definitivamente sabe cómo hacer un buen sofrito, pero no nos dice cómo conseguir los ingredientes.