LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -El pasado sábado 8 de diciembre el escritor y bloguero Ángel Santiesteban supo que el Tribunal Provincial dictó una sentencia de cinco años de prisión contra él. Decepcionado y ofendido, su abogado no comprendía cómo fue que su defendido no resultó absuelto después de un alegato que ilustró claramente, durante el juicio, la falta de pruebas para sostener las acusaciones. Ahora este letrado cuenta con diez días para hacer una apelación al Tribunal Supremo, que tendrá a su vez alrededor de dos meses para estudiar el caso.
“Además, yo había llevado a varios testigos”, me dice Santiesteban el lunes 10, en un aparte, mientras se inaugura el Festival Poesía Sin Fin en el espacio de Estado de SATS. “Entre mis testigos se encontraba Rubén Sicilia”, explica él, “a quien Kenia Rodríguez, mi ex esposa, le había confesado que iba a hacerme un «número ocho», que lo tenía todo planificado para intentar inculparme legalmente. Sicilia le había aconsejado que no hiciera eso, que yo era el padre de su hijo. Pero ya ella tenía relaciones con el mayor Pablo, jefe de los jefes de sector del municipio Plaza de la Revolución (o lo era en aquel momento)”.
Aunque pueda parecer una absurda decisión del Tribunal Provincial, por la falta absoluta de pruebas, en definitiva lo lógico de la sentencia radica en que no ha sido ese Tribunal quien la ha dictado, sino la policía política. Hay que tener en cuenta que a Santiesteban le hicieron el juicio el 29 de octubre no exactamente en el Tribunal Provincial, sino en la sala especial de la Seguridad del Estado, en Carmen y Juan Delgado, en el municipio Diez de Octubre, donde quedó concluso para sentencia. Pero, además, resulta muy notorio que el día 8 de noviembre, cuando el escritor fue detenido violentamente —como se puede apreciar en el video que circula en internet— durante la ola represiva desatada a partir de la detención de Yaremis Flores, ya el agente Camilo le dijo que si no se iba “a conformar con los cinco años de prisión que le van a echar”, demostrando así claramente que ya la Seguridad del Estado había determinado esa sanción. De hecho, el Tribunal no habría tenido aún ese día suficiente tiempo para deliberar, pero ya ese agente sabía más que el Tribunal.
Hablando de esa ocasión, cuenta Ángel Santiesteban: “Ya eso lo relaté cuando me pusieron en libertad. Eugenio Leal estaba esposado al lado mío y, cuando el agente Camilo me dijo eso, le respondí que tengo juventud y valor para cinco años y para más. Él me dijo: «Sí, yo sé que tú eres valiente». Y yo le dije entonces: «No, yo no soy valiente. Lo que no soy es cobarde como ustedes, que mira cómo estoy, me tienes esposado y me estás dando patadas, y mira la golpiza que me dieron en grupo». Después, por la noche, en la unidad de Santiago de las Vegas, fue cuando ese oficial me puso la pistola en la cabeza y luego me amenazó con matarme por la calle simulando un atraco”.
Ya una vez Santiesteban sufrió un brutal ataque en la calle del que salió con un brazo fracturado. Abel Prieto, el entonces ministro de Cultura, nombró una comisión para investigar el inexplicable incidente, pero el oficial de la Seguridad del Estado en ese ministerio, según cuenta el escritor y bloguero, “lo que hizo fue detener durante horas a todas las amistades que iban a mi casa, haciéndoles preguntas sobre si yo me reunía con funcionarios de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, que si me daban dinero, que si había extranjeros que iban a verme”. Nunca se supo el resultado de esa investigación ordenada por el ministro Prieto, si es que hubo algún resultado o si tan siquiera hubo tal investigación.
Aunque esta preocupante situación no ha despertado la solidaridad de los intelectuales del país, a pesar de que Ángel Santiesteban es uno de los escritores más conocidos y premiados en Cuba, no ha ocurrido lo mismo en el exterior, por suerte. “Me ha llegado mucha solidaridad desde el extranjero”, comenta: “Me han llamado de televisoras en Colombia que se ven en toda Latinoamérica, de la UNESCO, del Pen Club alemán —que me quiere hacer miembro de honor—, del Pen Club Internacional, de muchos lugares que ahora ni recuerdo”. Por otra parte, su amigo Amir Valle, reconocido escritor cubano residente en el extranjero, ha dirigido una carta a los intelectuales que viven en el país para explicarles esa amenazante situación. Cuenta Santiesteban que Amir Valle “se comunicaba con algunos de esos intelectuales y que ellos le decía que no sabían nada de lo que me está ocurriendo. Por eso es que él decidió redactar esa carta: para dar la información”.
Algunas personas le han dicho que la policía política no le va a perdonar que se haya colgado en internet la camisa ensangrentada después de las golpizas a que fue sometido y el video que muestra la primera de esas golpizas. Pero lo cierto es que desde antes de la violenta detención ya la Seguridad tenía dictada la pena de cinco años de privación de libertad que, aunque pueda parecer una broma desatinada, en realidad es una desmesurada demostración de fuerza tras la cual se evidencia una clarísima señal de advertencia para los que intenten hacer algo parecido a lo que Ángel Santiesteban ha hecho: apartarse del mundo de la cultura oficial y expresar sus opiniones personales en un blog.
De eso está seguro él: “Esta sentencia contra mí es un aviso para los intelectuales, para infundirles miedo diciéndoles: «Ustedes manténgase en el redil, estén o no estén de acuerdo, porque a los que se salen del redil miren lo que les pasa, miren cómo los castigamos, cómo los hacemos sufrir. Así que ustedes manténganse ahí, porque no importa los premios que tengan. Cuando deseamos castigar, no importa quién tú seas»”.