LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -Aunque el veinte de octubre las autoridades celebren oficialmente el Día de la Cultura Cubana, en conmemoración de la fecha en que se escribiera nuestro himno nacional, esto no significa que lo llaman “cultura cubana” esté enraizado realmente en la población.
A pesar de que la propaganda oficial pretende demostrar lo contrario, ejemplos hay a diario en este país de la falta de cultura, cubana o de cualquier lugar.
Es evidente el desconocimiento de la población sobre el tratamiento que debe darse los símbolos nacionales. Ahora mismo está de moda llevar enganchada en una ventanilla del auto una bandera cubana, como si en el vehículo circulara una personalidad oficial.
En cuanto a lo citado al uso de la bandera, en el Reglamento de la Ley # 42 de los símbolos nacionales, aprobada con fecha 27 de diciembre de 1983, el capítulo II artículo 3, inciso CH), dispone tener para la bandera de la estrella solitaria una medida de cuarenta centímetros y autorizan a portarla sólo “en los autos de jefes de misiones diplomáticas y consulados de Cuba en el extranjero”.
En un local dedicado a la venta de artesanías en la calle Obispo exhiben una bandera cubana. Mientras en el Artículo 24 del mismo Reglamento se dispone que “Se prohíbe usar la bandera de la estrella solitaria en los siguientes casos: a-como distintivo o anuncio; b-como parte del vestuario; c- pintada, grabada o dibujada en los vehículos, a excepción de las aeronave; h- en los techos, en los laterales y parte trasera de un vehículo o cubriendo radiador o capó”.
Por otra parte en el artículo 18 del capítulo V “De las normas de uso y conservación de los símbolos nacionales”, exponen que “La infracción de las normas de uso y conservación de la bandera y el escudo o de la ejecución del himno establecidas en esta Ley y su Reglamento, que no constituya delito, se sanciona con una multa administrativa”.
Por ser tan amplio el desconocimiento de la población sobre el tema, los miembros de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios abrieron un capítulo sobre “la recuperación de la ética en la sociedad”, cuyos integrantes desarrollan una labor de detección y denuncia de las faltas referidas a dichos símbolos nacionales. Hasta la fecha han detectado faltas de este tipo en numerosas instituciones oficiales, comerciales, establecimientos estatales, escuelas, etc.
Cambiando de asunto; lo mismo entre las mujeres que entre los hombres, prevalece asimismo un total desconocimiento de las reglas básicas de conducta social, de cómo conducirse en la calle. Unos actúan de ese modo por desconocimiento y otros intencionalmente, porque prefieren mostrar una conducta vulgar y alejada de las normas de convivencia social, quizás para encajar mejor en esta sociedad, donde es esa la regla.
Escuchamos en todas partes malas palabras a granel, lo mismo en boca de mujeres que de hombres, y hasta de niñas vestidas con uniforme escolar. La chusmería y la vulgaridad campean por sus respetos.
Impera el uso de un lenguaje marginal entre la mayoría de las generaciones, incluidos los no tan jóvenes, y es común que un simple altercado escale hasta llegar a la violencia física.
La cultura de los habitantes de un país no se mide por el nivel de escolaridad alcanzado, que reporten las estadísticas oficiales, sino por el modo en que estos se comporten, por su educación y su respeto a las normas interpersonales de convivencia social.