PINAR DEL RIO, Cuba, julio, www.cubanet.org -Carlos Manuel Ledesma Rojas trabaja como ponchero en el Servicentro de La Grifa, municipio Sandino, en Pinar del Río, un sitio en medio de la nada, olvidado de la mano de Dios:
“Tengo 43 años, estoy en este empleo porque no me dan otro, ya que soy opositor al régimen casi desde que nací, y no exagero. Mis padres me enseñaron desde niño que yo tenía derechos intocables como ciudadano. “, cuenta Carlos Manuel, sin apartarse de un neumático.
Usted pregunta en el poblado de La Grifa por Carlos Manuel Ledesma, y nadie sabe la respuesta. Pero si dice que está buscando a Niño, El Ponchero, llega fácil a este hombre corpulento, que, a pesar de su físico, tiene bien puesto el apodo, y uno se va dando cuenta de eso cuando conversa con él:
“Aquí todos me quieren, menos las autoridades. Los policías me dicen que soy contrarrevolucionario, pero es una tontería de ellos. La Revolución es la que está en mi contra”. Ante esta información de Niño, sus clientes ríen a carcajadas.
Ahora toma un extractor y lo introduce en la llanta del neumático. Las gotas de sudor caen desde su frente y se mezclan en el piso sucio. Hace calor, algunas personas que esperan turno salen del pequeño local para refrescarse con un poco de brisa. Sin dejar de trabajar, Niño afirma: “El viejo mío me decía que los hombres nacen para vivir libres”.
Luego, camina hacia un estanque con agua, donde sumerge el neumático buscando un posible escape de aire que desapruebe su labor. Y dice: “Perfecto, periodista. Esta puede seguir rodando”. Acto seguido, se vuelve hacia el resto de sus clientes, y aclara: “No se asusten, señores, él es periodista independiente, si no lo fuera, no podía ser amigo mío”.
Miro a los presentes, buscando señales. La expresión “periodista independiente” resulta inapropiada y explosiva para muchos oídos en esta Isla. Algunas caras que antes sonreían, ahora se alargan. Niño, El Ponchero me mira y se ríe, cómplice, con malicia.