LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -No es posible encontrar antecedentes -al parecer, no existen- de otros momentos históricos en que la producción agropecuaria cubana tuviera una caída tan profunda y prolongada como la de los últimos decenios.
En fecha tan lejana como 1960, Fidel Castro aseguraba que existía un plan para abastecer de carne de aves los mercados internos desde enero del siguiente año. Y agregaba: “A partir de 1962 el abastecimiento de viandas estará totalmente resuelto”.
Un poco más adelante, afirmó: “Es en la agricultura donde están nuestras posibilidades inmediatas. Es en la agricultura donde los frutos se van a ver más pronto… El desarrollo de la ganadería va parejo con el desarrollo del azúcar. La carne es el oro rojo”.
La última tentativa de Castro (hubo muchas) en el sector agropecuario, fue el llamado “Plan alimentario”. De él, lo único que se materializó fue la imagen de un hombre de campo cargando un racimo de plátanos frutas, plasmada en el reverso de los billetes de 20 pesos.
Su hermano, el general Raúl Castro, le está siguiendo los pasos en ese asunto. Desde que tomó el poder, anda en busca del abracadabra que haga que la tierra dé frutos, aunque sea medianamente.
Lo más reciente en esa dirección fue el Encuentro Nacional de Productores del Sector Agropecuario, que bajó las cortinas el pasado 14 septiembre, en el teatro habanero Lázaro Peña.
Raúl Castro hizo llegar un mensaje al evento, en uno de cuyos párrafos se lee: “En los últimos años se han adoptado diversas medidas en consonancia con los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, para ir eliminando las trabas que impiden el desarrollo de este sector. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que el aporte de la agricultura a la economía nacional sea mayor, sin el cual no podemos lograr que el país avance de manera sostenible.”
En los primeros años de la llegada de los fidelistas al poder, el aporte de la agricultura era aún destacado. Y eso podía apreciarse en los mercados. Pero ya en 1962, el régimen se vio obligado a establecer el racionamiento de los artículos de primera necesidad.
A partir de ese momento, los anaqueles de los establecimientos minoristas comenzaron a verse deprimidos y la carencia de los alimentos empezó a ascender, hasta la actualidad, cuando su precio es infinitamente mayor que el existente en aquellos tiempos.
¿Por qué, durante centurias, la tierra de la Isla pudo entregar disimiles tipo de provisiones, y, en cambio, desde hace algo más de medio siglo, es ineficiente? La respuesta es obvia.
Nota: las fotos fueron tomadas a comerciales publicados en el periódico Revolución del 16 de noviembre de 1959.