LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -El mes de febrero cerró con un crecimiento exponencial de la actividad privada en Cuba, con más de 371 mil personas que ejercían como cuentapropistas. De acuerdo con la determinación del gobierno cubano de eliminar decenas de miles de puestos de trabajo estatales, para que estos “disponibles” encuentren empleo en el sector privado, está previsto que el sector de los trabajadores no estatales se incremente mucho más. Por eso, de no surgir contratiempos, para finales de año, se supone que unas 600 mil personas estén ya ocupadas en distintas actividades autorizadas para el cuentaspropismo.
Manuel Marrero, Ministro de Turismo, informó a los asistentes a la Feria Internacional de Turismo, FITCUBA 2012, que en estos momentos funcionan más de mil seiscientos restaurantes privados, los llamados “paladares”, y están a disposición de los turistas más de cinco mil habitaciones, que arriendan propietarios de casas. Marrero reconoció que ambas actividades privadas se caracterizan por su alta calidad y el excelente servicio personalizado.
Los pequeños negocios que más han proliferado son los dedicados a la elaboración y venta de alimentos, seguidos por los que de transporte. Esto a pesar de que contra los negocios de gastronomía conspiran la falta de almacenes mayoristas y los altos precios de los productos en las tiendas minoristas del estado, que venden solo en divisas.
Muchas de las inversiones en estos pequeños restaurantes sobrepasan los 20 mil dólares y algunas hasta los 50 mil. Por otro lado, los que han reparado sus viejos autos norteamericanos y adaptado para que funcionen con petróleo (más barato que la gasolina) para dedicarse al transporte de pasajeros, han necesitado fuertes sumas en divisa para resucitar y mantener los vetustos armatostes rodantes.
Y uno se pregunta de dónde ha salido el dinero para estas inversiones. Es un secreto a voces que en muchos de estos pequeños negocios, el dinero para la inversión ha sido aportado por cubano-americanos, que se asocian con familiares o amigos residentes en la Isla, de diferentes maneras.
En muchos casos los familiares son utilizados como simples prestadores de nombres. Fungen como propietarios, aparecen como poseedores legales de esos negocios, pero, en realidad son empleados de personas que no viven en Cuba, o ni siquiera eso, los dueños verdaderos viven en Miami y están comenzando así, escudados tras otros nombres, una posible avanzada de pequeñas inversiones.
El fenómeno se hizo evidente durante el pasado año, cuando –a pesar de la crisis mundial- las remesas de los emigrados, procedentes en su mayoría de Estados Unidos, alcanzaron los 2 294 millones de dólares. Ello significó un incremento de 19%, en relación con el dinero enviado en 2010.