LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 –Envenenados terminaremos muchos cubanos, si no se frena, pronto y con energía, la extendida práctica de forzar la maduración, con productos tóxicos, de frutas destinadas al mercado, y cuyos efectos sobre el organismo humano, según autoridades de la Salud, pueden ser inmediatos o a largo plazo.
El plaguicida Ethephon, de amplio uso en la agricultura -aunque no es el único-, es el más empleado por los tramposos para la forzada maduración.
El Ethephon es un compuesto fosforado capaz de contaminar a personas y animales a través de la alimentación, por vías respiratorias, y también por contacto con la piel y mucosas.
La gravedad del envenenamiento depende de la concentración de dosis aplicada por los mercaderes, mediante sumergimiento en agua envenenada o inyectando el producto en las frutas.
Puede ocasionar intoxicación aguda, con síntomas inmediatos, los cuales facilitan una terapéutica más rápida. Pero si el envenenamiento es gradual, por acumulación tóxica, no solo resulta más dañino sino más difícil de enfrentar, porque los síntomas aparecen también en forma gradual, y ello puede confundir el diagnóstico médico, como si se tratara de otra enfermedad o combinación de enfermedades.
No hay forma de protegerse de los homicidas, que en su indetenible y prácticamente impune afán de lucro, hacen de las suyas.
Las reiteradas denuncias públicas, por más de diez años, no logran detener el abuso, al parecer tolerado por las autoridades, de venta de alimentos deliberadamente infectados.
El diario Juventud Rebelde informó, el 17 de septiembre de 2009, que la doctora María Tejera Aguilar dirigía un estudio, titulado Evaluación del potencial tóxico de los residuos de Ethephon, en plátanos, que se utiliza para contribuir al crecimiento y la maduración de las plantas.
“Los pesticidas y demás químicos aplicados en el agro resultan sustancias de gran potencialidad tóxica, destructiva y contaminante. Requieren, por tanto, de una cuidadosa manipulación por parte del personal que realiza esta tarea”, declaró la doctora Tejera, que, con esas palabras, revela además que frutos y frutas son doblemente envenenados: durante el proceso agrícola como pesticida y en el mercado como acelerador de la maduración.
El Ministerio de Salud Pública también estuvo involucrado en el estudio sobre la contaminación con Ethephon, en un programa ramal centrado en determinar si había o no contaminación en un área experimental sembrada de plátanos, y además en analizar las frutas ya en el mercado, para precisar qué tóxico se empleó y en qué cantidad, de acuerdo con los residuos contenidos.
Hasta donde conocemos, no se ha vuelto a hablar, al menos públicamente, de los resultados de las investigaciones, mientras continúa la nociva práctica.
Tampoco se conocen casos de enfrentamiento de las autoridades al delito de envenenamiento colectivo. Nadie, que se sepa, ha sido llevado a los tribunales de justicia, a pesar de que existen legislaciones muy precisas y severas en esa materia.
Alimentos esenciales en la nutrición humana, como tomates, piñas, plátano-vianda, plátano-fruta, papayas, aguacates y guayabas, entre otros, para colmo escasos y muy caros, se encuentran entre los productos de mayor demanda que son tratados con plaguicidas.