LA HABANA, Cuba, agosto (173.203.82.38) – En el día del cumpleaños 85 de Fidel Castro, Eusebio Leal, historiador oficial de la capital cubana, y miembro del Comité Central del Partido Comunista, habló en el programa televisivo Mesa Redonda de un Castro no conocido, de su Fidel.
Leal, al referirse a esa persona, dijo que era benevolente, generosa, gran discípulo de José Martí, y el hombre más extraordinario que ha tenido Cuba en la última época.
Aunque Raúl Castro dijo recientemente que “Fidel es Fidel” –de la misma manera que Adolfo es Adolfo y José es José y Calígula es Calígula-, al parecer Leal estaba hablando de alguien que no se aviene con las características del individuo que llegó al poder en la isla en enero de 1959.
Ese prometió restaurar la Constitución de 1940, juró y perjuró que no era comunista, dio el visto bueno para fusilar a miles de cubanos, declaró a Cuba comunista sin consultar con la población, permitió la instalación de armas atómicas en el territorio nacional, puso al país en función de una ideología extranjera, y destruyó la base económica de la nación.
Persiguió a los religiosos, construyó más de 200 cárceles, dividió a la familia cubana, obligó, de disímiles formas, a emigrar a más de un millón de compatriotas, acabó con las tradiciones, criminalizó todo tipo de disenso, penó la libertad de expresión y sometió a la prensa a total servidumbre. Y puso en práctica otras muchas cosas, todas desagradables o dañinas al basamento cívico o a las potencialidades de los cubanos.
Leal, al parecer, es muy leal. Cortesanos inteligentes siempre existieron. De ese tipo de leales Martí habló hace tiempo y dejó un boceto.
“Todas las tiranías tienen a mano uno de esos cultos, para que piense y escriba, para que justifique, atenúe y disfrace: o muchos de ellos. Porque con la literatura suele ir de pareja el apetito del lujo, y con este viene el afán de venderse a quien pueda satisfacerlo. Por casa con coche y bolsa para queridas vende la lengua o la pluma mucho bribón inteligente”.