LA HABANA, Cuba, junio (173.203.82.38) – “Las multas no deben ser una meta a cumplir”. Es la opinión de un inspector estatal y un vendedor ambulante de alimentos, publicada en la sección Cartas a la Dirección del diario Granma
L. Andrade Fernández, cuentapropista del municipio Guanabacoa, se quejó en la sección de los inspectores que exigen a los trabajadores no estatales que ejercen la actividad de elaborador vendedor de alimentos y bebidas no alcohólicas al detalle de forma ambulatoria, estar en constante movimiento.
“Mi preocupación es porque los inspectores aplican multas sin razón legal alguna. En la Gaceta Oficial no existe contravención que plantee semejante situación ni infracción porque un vendedor ambulante tenga que estar caminando todo el tiempo”, alegó Andrade Fernández, quien se refirió a la carta escrita por el lector G. Ramón Benítez, sobre el mismo tema.
“Hasta donde he leído no existe ninguna regulación que ponga limite al tiempo que se debe permanecer estacionado un vendedor ambulante en un lugar”, comento Ramón Benítez, en su misiva. Según el cuentapropista, inspectores integrales le impusieron una multa de 250 pesos; porque creaba un punto fijo de venta al detenerse a elaborar rositas de maíz. Apeló, pero la administración declaró sin razón su reclamación.
El lector Andrade Fernández relató cómo dos inspectoras de la Dirección Integral de Guanabacoa, le confesaron que obligatoriamente tenían que imponer 10 multas diarias. “Eso es ilógico y contraproducente” –comentó Andrade.
“Estoy muy de acuerdo con lo planteado por L. Andrade Fernández”, afirmo I. Bello Lazo, un funcionario de la Dirección Municipal de la Vivienda del municipio Cerro desde 1984, en un escrito publicado el pasado 27 de mayo.
Bello Lazo explica que cada inspector del sistema de la vivienda, por orientación de la Dirección Provincial, tiene que imponer al mes 6 multas. De incumplir, la entidad pierde puntos, y la evaluación del inspector se califica de deficiente, incluso conlleva medidas disciplinarias. “Situación muy improcedente”, afirmó.
“Lo que no debe ni deberá permitirse es que se impongan metas para aplicar multas, puesto que esto obliga al inspector a que en algún momento, que no son pocos, las impongamos injustamente para cumplir con la emulación”, comentó el inspector en el periódico Granma.