LA HABANA, Cuba, junio (173.203.82.38) – El título de un reportaje del semanario Trabajadores basta para definir la situación higiénico-ambiental en algunas de las principales ciudades del país: Hogar o jungla, dicotomía citadina. Con pocas palabras quedaba demostrada la interminable cadena de indisciplinas sociales que convierten a las ciudades en basureros, dígase Cienfuegos, Villa Clara, Las Tunas y Holguín.
Al adentrarse en nuestras ciudades se concluye que no hay conciencia sobre la necesidad de conservar la higiene en los espacios urbanos. El crecimiento de los micro-vertederos en esquinas y solares yermos, es un fenómeno que se expande, no obstante las medidas que se toman para evitarlo.
Orestes Delgado, trabajador de los servicios comunales de la ciudad de Cienfuegos, dijo a los periodistas que las personas continúan arrojando en la vía pública papeles, escombros, cáscaras de viandas y frutas, entre un sinnúmero de desechos que contribuyen a afear el ornato público, además de servir como focos para la proliferación de bacterias y virus, sin olvidar la fetidez generada por la acumulación de productos corrompidos.
Los carniceros de la plaza del mercado, según relató el equipo de periodistas que realizó la investigación, después de deshuesar la mercancía dejan los desperdicios en la acera. También se describe lo que sucede en los alrededores de una escuela de enseñanza secundaria desde cuyos ventanales se lanzan desperdicios para la calle. Hay que subrayar la ineficacia de los cortos audiovisuales que buscan concientizar a la población sobre estos y otros asuntos.
¿Cómo entender la propaganda que promueve los logros en materia de educación alcanzados en más de 50 años de socialismo, frente a la desidia e indisciplinas recogidas en el reportaje?
Detrás del discurso de los gobernantes, emerge la ineficiencia de una sociedad dominada por la ideología. El reportaje de Trabajadores pone de relieve algunos de los círculos de nuestro infierno. Un paseo a fondo por La Habana hubiese descubierto cientos de lugares donde la inmundicia llegó para quedarse.
Nadie sabría cómo definir estos espacios. La palabra jungla es demasiado benévola para ilustrar la situación higiénico-ambiental en las mayores ciudades del país.