LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -El Índice de Volumen de la producción agropecuaria cubana, sin incluir la caña de azúcar y la obtenida en patios y parcelas, disminuyó un 1,3% en 2012, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Creció la agricultura no cañera en un anémico 1,7% y descendió la ganadería en 4,3%. La producción de viandas y hortalizas se minoró en 0,5%, con una pronunciada baja en las hortalizas del 4,0%. Las únicas producciones con resultados positivos fueron plátano con un crecimiento de 9,3%, especialmente por la incidencia del sector privado que creció en 11,6%, y el arroz en 11,9% también debido a la elevación notable del sector privado con 25,3%. Llama la atención la pronunciada caída del 21,8% en la producción de papa, lo que continuará en 2013 por la disminución de las áreas sembradas a causa de la poca capacidad de compra de semillas y de otros recursos (pesticidas, herbicidas, fungicidas) en el exterior. Eso ha ocasionado la escasez de la gustada vianda en el mercado estatal y la elevación de su precio a niveles astronómicos en el mercado negro. En la producción de granos, el maíz solo se incrementó en 1,8%, también debido a la incidencia positiva del sector privado, donde aumentó en 5,0%. El frijol decreció en un 4,4%, a pesar de los llamados del gobierno a elevar su producción, a fin de limitar la importación. Los cítricos retrocedieron en 23,0%, al punto de que hubo que importar limón para satisfacer las necesidades del turismo. Debe destacarse que en las principales producciones agrícolas, el sector privado vuelve a destacarse, pues solo tuvo retrocesos en las hortalizas con 1,9% por dificultades en el tomate y en el frijol con 7,4%.
En la ganadería hubo una significativa contracción, especialmente en la producción de carne de cerdo (peso en pie) de 7,8%. Ligeras disminuciones también se aprecian en carnes avícola 0,8%, ovino 2,0%, cunícola 1,0%, équidos 3,5%. En el vacuno se aprecia un insignificante crecimiento de 0,8%, mientras en caprino fue de 6,1%. La leche de vaca se elevó en 1,8%, pero la de cabra cayó en 24,8%. La producción de huevos decreció en 4,1%.
Debe destacarse que importantes producciones pecuarias -al igual que algunas agrícolas- se encuentran bien distantes en 2012 de los niveles alcanzados en 1990, año en que comenzó el Período Especial. Como ejemplo pueden citarse la leche de vaca, carne de vacuno (peso en pie) y los huevos con resultados productivos inferiores en 50,1%, 54,2% y 28,3%, respectivamente, de acuerdo a las estadísticas oficiales. Por supuesto si los cálculos fueron hechos sobre la base de producciones per cápita los porcentajes serian todavía más lamentables.
Esos pobres resultados son muy significativos, ya que 2012 fue un año de buenas lluvias que pudieron haber favorecido la producción agropecuaria. Además resulta inexplicable la situación, teniendo en cuenta que ya hasta octubre se habían repartido en usufructo 1,5 millón de tierras que estaban ociosas (alrededor de un 22,0% de la superficie agrícola del país). Sin embargo, sigue el retroceso y por consecuencia permanece aumentando la dependencia de la importación de alimentos, que podría llegar a 2,0 miles de millones de dólares en 2013, según manifestó el presidente Raúl Castro en la Asamblea Nacional en diciembre pasado.
Aunque el gobierno no quiera reconocerlo, la pretendida actualización del disfuncional sistema económico, político y social existente ha fracasado. Las medidas aplicadas han sido pocas, insuficientes y tardías como se auguró. Fueron diseñadas a propósito con muchas prohibiciones y cortapisas, para mantener un estricto control sobre las actividades permitidas y evitar el desarrollo de la iniciativa individual.
La continua profundización de la crisis no podrá solucionarse con la promoción de supuestos “jóvenes”, sino con el reconocimiento de que lo realizado durante los últimos siete años no ha sido suficiente para resolver los problemas cada vez más graves de Cuba. La nación no puede esperar más por un cambio radical de un sistema que ha llevado a una situación insostenible desde el punto de vista económico, social y político. No son tiempos de seguir levantando falsas expectativas y lemas sin contenido. Basta de hablar de un socialismo que nunca ha existido. Debe reconocerse que los más de 50 años de totalitarismo han sido de fracasos, que han llevado el país a un callejón sin salida. Un trágico y peligroso escenario, el cual únicamente tendrá solución cuando los cubanos puedan quitarse el dogal que durante años los ha mantenido asfixiados, sin permitirles desplegar libremente sus capacidades creativas.