MADRID, España, noviembre, www.cubanet.org -Que el gobierno cubano fuera elegido miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha ocupado titulares por estos días. Sin embargo, no debería ser noticia, pues integró los primeros 47 miembros del organismo establecido en marzo de 2006 para suplantar a la Comisión, cuya inoperancia debía enmendar. Cuba se mantuvo durante los dos mandatos de tres años permitidos, y esperó la nueva oportunidad para reincorporarse a los 8 representantes de América Latina y el Caribe.
En esta ocasión, también China y Rusia componen los 14 países renovados, con las correspondientes críticas internacionales sobre sus flagrantes violaciones de derechos humanos. Sin embargo, no es suceso extraño, teniendo en cuenta que lo integran países como Arabia Saudita, Marruecos y Nigeria. La Libia de Ghadafi formó parte de él hasta 2011, y el canciller Treki presidió el 64 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en 2009. Todos los países incorporados a la ONU tienen derecho a ser elegidos.
Venezuela es miembro del Consejo en el período 2013-2015, iniciado a comienzos del presente año. El 14 de noviembre, el presidente Maduro logra poderes especiales a través de la Ley Habilitante que aprueba la Asamblea Nacional, salvado el escollo del voto necesario. Su partido cuenta 98 escaños y la oposición 67, pero para lograr gobernar aún más a su antojo necesitaba 99 votos. En la imitación a los plenos poderes de Chávez, se reavivó la acusación por corrupción archivada varios años contra la diputada María Mercedes Aranguren, tránsfuga del chavismo, a fin de levantarle la inmunidad parlamentaria, publicarlo rápidamente en la Gaceta Oficial y sustituirla por el suplente Carlos Flores, que no tendría otra opción que dar el voto imprescindible pues, según se comenta en Caracas, lo haría compulsado para resolver su diferendo con el poder que hasta había expropiado parte de su finca .
Al superdotado Maduro, el pajarito de Chávez apareció recientemente en una imagen borrosa para el resto de los mortales, pero con sus dotes de copista y la asesoría de su letrada primera dama puso en marcha el asalto al poder absoluto. Sin embargo, no posee el carisma del caudillo-comandante-presidente, ni el apoyo incondicional dentro del chavismo. Má peligroso aún es él mismo, con sus sobrenaturales arengas amenazadoras, las nefatas medidas económicas e interventoras de la propiedad privada que ahondan el desabastecimiento, la crisis económica a pesar del baño de petrodólares, el alejamiento de la inversión privada y extranjera, así como la inflación y la corrupción inmensas.
El juego con los mecanismos de la democracia de Fidel Castro y Hugo Chávez no quedan igual de bien a un heredero inseguro de sí mismo, realmente carente de talento. Pero el Presidente Maduro estará en el Consejo de Derechos Humanos como estuvo Ghadafi, prueba de que el organismo no ha logrado sus principales cometidos y muestra de que la verdad no se puede tapar con votos de amigos, también violadores. En Ginebra se arroparán sus representantes con los isleños, mientras en Cuba se pasó de la frustración por los desatinos del heredero a intensificar la búsqueda de sustentación económica promisoria, que lleva con premura a Brasil.