LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -En Cuba, todavía hoy, a pesar de los muchos supuestos intentos por equiparar los derechos de las mujeres con los de los hombres, mucha gente sigue llamándonos el “sexo débil”.
Para rebatirlo, acudo casi siempre a algunos datos que leí una vez. Por ejemplo, la esperanza de vida para las mujeres es más alta que para los hombres. En estos momentos es de 80 años, para nosotras, y 76, para ellos. También las mujeres padecen menos daltonismo que los hombres, y pocas son las que tartamudean. Los hombres son más propensos a padecer de úlceras. En cuanto a las enfermedades psiquiátricas, nos afectan a ambos sexos por igual, pero los hombres se suicidan más que las mujeres.
Aunque existe la opinión generalizada, entre los del sexo masculino, de que las féminas somos indecisas e impredecibles, lo cierto es que ellos cambian más fácilmente de opinión y vacilan más a la hora de tomar decisiones. Aunque hay estudios que indican que necesitamos más tiempo para decidirnos, cuando lo hacemos, no hay Dios que nos convenza de lo contrario. Y eso los esposos lo saben muy bien.
Es cierto que las mujeres hablamos más que los hombres, pero tal vez sea porque tenemos un vocabulario más extenso y lo ejercitamos mucho más que ellos.
Muchos hombres cubanos de hoy prefieren entenderse mediante la violencia física. Una gran parte de nuestros jóvenes arreglan sus problemas con cuchillos, palos y piedras. Podemos sumar el ejemplo de los policías y agentes de la Seguridad del Estado, hombres en su inmensa mayoría, que agreden verbal y físicamente a opositores pacíficos, tanto hombres como mujeres, en lugar de acudir al diálogo.
Otro mito alrededor de las mujeres que se desmorona frente a las estadísticas, es que somos malas conductoras de vehículos motores. Lo cierto es que, proporcionalmente, los hombres, en Cuba, sufren un número mayor de accidentes de tránsito.
En cuanto a la valentía y el coraje, creo que las cubanas hemos demostrado que las mujeres podemos ser tan valientes como los hombres, si no más. Sólo hay que echar una ojeada a las gestas protagonizadas a lo largo de la historia de Cuba por mujeres como Mariana Grajales, sin olvidar a las muchas mujeres que participaron en la revolución, que lamentablemente devino dictadura, y a otras más actuales, como Laura Pollán y las Damas de Blanco, Yoani Sánchez y tantas madres y esposas de disidentes y opositores, que han sido apoyados en su lucha por valerosas mujeres.
No obstante, tengo que admitir que los hombres aventajan a las mujeres en dos cosas: corren más rápido y saben silbar.