MIAMI, Florida, 21de julio (Agencias, 173.203.82.38) – Un juez negó el viernes la libertad bajo fianza a un cubano y una mexicana acusados de tratar de vender el cuadro del pintor francés Henri Matisse “Odalisca con pantalón rojo”, robado de un museo de Venezuela hace una década, informó la agencia Efe.
Pedro Antonio Marcuello Guzmán y María Martha Elisa Ornelas Lazo deberán permanecer bajo custodia policial porque el juez encargado del caso, William Turnoff, consideró que ambos podrían fugarse, de acuerdo con el documento judicial al que Efe tuvo acceso.
Ambos deberán comparecer ante el tribunal en agosto próximo para que les presenten formalmente los cargos.
Turnoff también pidió una investigación para confirmar si el cuadro es el original que tenía el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Las autoridades estadounidenses arrestaron a Marcuello y Ornelas el martes pasado en un hotel de Miami Beach cuando trataban de vender la obra de Matisse (1869-1954) a agentes encubiertos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), “sabiendo que se trataba de una pintura robada”, de acuerdo con otro documento del caso.
Uno de esos agentes se había hecho pasar por un comerciante interesado en adquirir la obra, valorada en unos tres millones de dólares, y que los acusados intentaban vender por 740,000 dólares.
La pintura había sido sustraída del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas en 2002 y sustituida por una falsificación en su marco original, según el documento judicial.
El Gobierno de Venezuela informó el jueves que está a la espera de que se confirme la autenticidad del cuadro para solicitar su repatriación, de acuerdo con Efe.
Las autoridades han dicho que los acusados en el caso “eran conscientes de que tenían en su poder una pintura robada”, como consta en las conversaciones que mantuvieron los oficiales con Marcuello desde 2011 y que fueron grabadas.
Marcuello, residente de Miami, dijo en una primera conversación con un “informante” que la “Odalisca con pantalón rojo” estaba escondida en Ciudad de México, en poder de sus “socios”, y que estaban dispuestos a venderla por sólo un 20 por ciento de su valor real, que era, según dijo el acusado, de 3.7 millones de dólares.
En otra conversación, Marcuello dijo que la “esposa de su socio mexicano viajaría de México a Miami con la pintura robada”, una vez que obtuviera el visado correspondiente.
Comentó, además, que habían sido “venezolanos quienes habían sustraído la obra del museo y sustituido esta por una réplica”.
De ser declarados culpables, ambos podrían afrontar una condena de hasta diez años de cárcel.