173.203.82.38 -El Sloppy Joe´s, bar símbolo de La Habana, tras medio siglo de abandono, reabre sus puertas en Animas y Zulueta, la misma esquina, donde Errol Flyn, Ava Gardner, Marlon Brando y el nobel Hemingway, madrugaron a ritmo de mojitos en la fabulosa capital de Isla Caribe, que hizo etiquetear a los perfumes Guerlain: ¡París, New York, La Habana!
¿Se prepara el régimen cubano para la vuelta del turismo estadounidense?
La compañía turística Habaguanex, que lo administra, agregó en su nota que el viernes los turistas podrán acceder a un lugar que tiene recuerdos y espiritualidades ligados a famosos como el actor que encarnara al temerario Robin Hood y protagonizara una cinematográfica pelea en ese bar.
El imprescindible bar para el turista estadounidense, con sus paredes cubiertas de fotos de famosos, atraía a cuanta celebridad pasaba por La Habana, pero también a enamorados, locos y aventureros, como unos forzudos del barrio que quisieron probar las habilidades de “Robin Hood”, y provocaron sillas volando por los aires.
La recuperación del bar corrió a cargo de la Oficina de Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, que buscó reproducir las barras y anaqueles de madera de caoba negra que desde su construcción en plena Ley Seca, eran el deleite de los turistas. Con la Ley Seca, Cuba se convirtió en centro del éxodo de comerciantes estadounidenses dedicados al tráfico de bebidas alcohólicas.
De 1917 a 1919 abrieron en La Habana varios bares, pero el Sloppy destacó por su esplendor y singularidad. Sus reconstructores alardean de haber recuperado el menú, famoso por su surtido de sándwiches, liderados por el renombrado Sloppy Joe´s, muy condimentado, montado en pan con hamburguesa, dos capas de tomate, picadillo de carne y lechuga.
Otro platillo será la denominada ropa vieja (carne) con salsa de tomate, el cubanísimo picadillo y una variada coctelería, a partir del ron ligero cubano.
Como novedad el Sloppy Joe´s mantendrá los últimos cuatro dígitos del número telefónico original: (5-37) 866 7157.
Volver al pasado para muchos es decadencia, para el régimen cubano, boqueante para que le quiten el embargo, el turismo estadounidense, es tabla de salvación, supervivencia.