MIAMI, 27 de enero (173.203.82.38t, aol) – “Un gobierno que deja morir a un recluso en huelga de hambre que está bajo su custodia, cualquiera que sea la razón de su encarcelamiento, tiene que aceptar su responsabilidad y no puede “ofenderse” porque los medios de comunicación mundialmente informen sobre dicha muerte” –destaca el periodista, economista e historiador cubano residente en el sur de California, Roberto Álvarez Quiñones, en un artículo publicado esta mañana por AOL: Cuba: La muerte de Wilman Villar y el ‘raulismo’.
Álvarez, quien trabajó también como editor y columnista del diario “La Opinión” de Los Ángeles, de 1996 a 2008, pone en la picota al gobierno cubano con argumentos irrebatibles.
“Si Al Capone, o Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, se hubiesen declarado en huelga de hambre, el gobierno de Estados Unidos, o su poder judicial habrían estado en la obligación de evitar que muriesen de inanición o por una infección derivada del prolongado ayuno” –destaca el periodista.
La muerte de Wilman Villar generó la repulsa de un sector importante de la comunidad internacional, que no vaciló en condenar al gobierno de Raúl Castro, e hizo recordar el caso de Orlando Zapata, fallecido en condiciones similares después de una prolongada huelga de hambre. Las autoridades cubanas, como siempre sucede, se curan en salud, afirmando que Wilman fue atendido por los mejores especialistas del hospital Juan Bruno Zayas, en Santiago de Cuba, pero se niegan a reconocer que esa muerte nunca debió suceder.
En otra parte de su artículo, destaca Quiñones:
“Y si el prisionero fallecido era un opositor político, que fue golpeado por la policía en la vía pública, detenido por expresar sus convicciones políticas y pedir el respeto de los derechos humanos en el país, y luego condenado injustamente a cuatro años de cárcel por un supuesto altercado con su esposa que ella niega, pero que utilizó el gobierno para evitar el costo de un juicio político y presentar al disidente como un delincuente común “violento y peligroso”, estamos ante un atropello a la dignidad humana”.
Y concluye el artículo: “Raúl Castro y su hermano Fidel debieran saber que la falta de ética, y el ultraje a la decencia no son senderos válidos para transitar hacia el futuro mejor que anhelan los cubanos, en una patria, como también decía Martí, “con todos y para el bien de todos”.
Sin dudas, se trata de una acusación seria y bien documentada al régimen de La Habana
Enlace: http://noticias.aollatino.com/2012/01/27/wilman-villar-muerte-raul-castro/