LA HABANA, Cuba -Los nuevos taxis ruteros que circulan por la ciudad, pertenecientes a las recién instauradas Cooperativas de Transporte constituyen un alivio para el transporte público de la capital y junto a los ómnibus urbanos y los taxis particulares conocido popularmente como ¨boteros¨, se encargan de transportar cientos de miles de pasajeros todos los días.
Estas cooperativas de transporte la componen hasta la fecha sesenta y dos pequeños autobuses de servicio colectivo, pintados de un llamativo color amarillo. Cobran 5 pesos por un viaje, y las comodidades conque cuentan son: aire acondicionado, música, asientos confortables. Son de muy buena aceptación entre la población. ¨Son más baratos que el taxi botero¨, comentaron varios pasajeros entrevistados, ¨y se viaja mejor que inmerso en el agobio y la apretazón de los buses¨.
Sin embargo, un sentimiento bien diferente se percibe al entrevistar a varios choferes de estos taxis ruteros, en todos los casos se quejaron de los altos impuestos que deben de pagar al gobierno, al finalizar cada jornada, que les exige un enorme esfuerzo para lograr la recaudación asignada.
“2 165 pesos debemos depositar diariamente en la ¨Base¨ (sede desde la cual el gobierno administra estos medios de transporte)”, cuenta Javier, chofer del carro 18 de la cooperativa 1, que cubre la ruta Santa Fe-Paradero de Playa. “2160 pesos es la norma, más 5 pesos en ‘concepto de propina’. En las horas picos los ruteros se llenan, sí, pero muchas veces tenemos que viajar vacíos, como ahora, que hay que esperar tremendo rato para que vengan personas y una vez que llenemos el autobús, entonces podemos salir.”
Estas cooperativas de transporte vieron la luz con las aperturas económicas llamadas por el gobierno ¨actualización del modelo socialista¨, y, junto a otros nuevos oficios autorizados, constituyen la válvula de escape que es el cuentapropismo en Cuba. Los taxis ruteros son conducidos por particulares en asociación con el estado. Los choferes entrevistados reiteraron que el mayor problema que tienen es el impuesto, que es demasiado alto. Primeramente les habían fijado 2770 pesos de impuesto diarios, pero los choferes no estuvieron de acuerdo y protestaron. Entonces bajó a 2165.
Candelario Díaz, chofer de la ruta Habana Vieja-Santiago de las Vegas añade, ¨la competencia que tenemos con los ómnibus urbanos y los ¨boteros¨ es muy grande. Hay que andar rápido para recoger pasaje en las paradas y cargar lo más posible, para sacar la ganancia.”
Luis, chofer de la ruta que va a San Agustín, cuenta que los cuarenta litros de petróleo que el estado les provee para los 180 kilómetros de la norma a cumplir, no les alcanza. Deben comprar más, pagando de su bolsillo para hacer la recaudación establecida. Además deben asumir los gastos de reparación y mantenimiento del ómnibus, para mantener el carro en buen estado técnico.
Otro chofer, que pidió mantenerse en el anonimato, alegó que algunos de ellos ya han entregado los ómnibus de vuelta al gobierno, renunciando al trabajo. ¨No es fácil trabajar todo el día para luego dejarle casi todo al estado. A veces coincidimos hasta tres carros en la estación inicial de la ruta, esperando que lleguen pasajeros. Algunos carros se van vacíos, para ir recogiendo por el trayecto, pero eso es un riesgo. Otras veces, cuando el autobús se llena desde el inicio, no se baja nadie por el camino hasta la parada final, y esa es otra carrera que no reportó las ganancias esperadas.”
Algunos choferes de los taxis ruteros no quisieron ofrecer declaraciones, aludiendo que habían recibido órdenes estrictas de la administración acerca de no dar ningún tipo de información sobre ellos. La única mujer que conduce un taxi rutero en La Habana, carro 15 de la cooperativa 1, nos dijo que cualquier información debíamos dirigirnos a la ¨Base¨.
Cubanet se personó en la ¨Base¨ de San Agustín, de la cooperativa 2, para buscar más información. Nos atendió el subadministrador, de apellido Oliva, que, al reconocernos como un medio de prensa independiente y no un órgano de prensa oficial, se negó a aportar información. Nos pidió que abandonarámos inmediatamente el establecimiento.