LA HABANA, Cuba. -Cualquiera hubiese podido pensar que la victoria cubana en la Serie del Caribe, después de tantos fracasos de nuestro béisbol en la arena internacional, desataría la euforia acerca del presente y el futuro de este deporte en la isla. Sin embargo, son muchos los que opinan que no ha resultado así. Incluso, algunos notaron cierta frialdad por parte de las principales autoridades del país— y también del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER)— en el recibimiento a los peloteros.
Es que en la mente de todos se halla la estampida que sacude a este deporte, y que ha llevado a varios equipos de la actual Serie Nacional a modificar sus nóminas en plena temporada. Deserciones en el exterior, indisciplinas, salidas ilegales del país, así como el cumplimiento de los contratos en la Liga Japonesa, son algunos de los factores que han propiciado esa situación, y que sin dudas hace que merme el interés de los aficionados hacia nuestro pasatiempo nacional.
Para aquilatar el parecer de los seguidores del béisbol, encaminamos nuestros pasos hacia el Parque Central de La Habana, sede de una de las más importantes peñas beisboleras de la capital. No obstante el frío que por estos días afrontó la región occidental de la isla, un grupo de aficionados amenizaban la peña. Y hablaban, precisamente, del vacío que esas bajas han provocado en los equipos que disputan la segunda fase del actual campeonato.
“Óiganme, ese último juego de la subserie entre Pinar del Río y Artemisa se desarrolló con las gradas vacías. Los narradores intentaban justificar la poca asistencia del público debido al frío, y también a la actuación de un grupo musical en las inmediaciones del estadio, pero a nadie pudieron engañar. Es que los aficionados pinareños están desencantados”, expresó uno de los peñistas. A lo que otro de los presentes agregó: “Tienes razón mi amigo. Ese equipo está desbaratado. Le faltan siete peloteros: uno por deserción, tres por salida ilegal del país, y otros tres por abandono del equipo, que en la práctica significa intento de salida del país. No sé qué podrá hacer ahora el manager Alfonso Urquiola”…
“Bueno, ¿y qué me dicen de Frederich Cepeda, que tuvo que dejar el equipo de Artemisa para cumplir su contrato en Japón?”, preguntó otro peñista. Y a renglón seguido añadió antes de que otra persona tomara la palabra: “Eso es bueno que les pase a esas gentes del INDER. Porque ellos criticaron mucho a los peloteros profesionales de Puerto Rico, Dominicana y otras naciones del área, en el sentido de que no podían representar a sus países porque eran esclavos de las Grandes Ligas”.
“Ah, y en cualquier momento le pasa lo mismo a Industriales. Los hermanos Gourriel también firmaron contratos con equipos japoneses. Cuando ellos se vayan, veo alejarse la posibilidad de que Industriales luche por el campeonato”, se lamentó un simpatizante del equipo insignia de la capital.
Y un señor que no había dicho nada incursionó en otro ángulo del problema: “Nada señores, que ya no podemos alabar a ningún talento joven. Porque si no tenían pensado irse del país, empiezan a concebirlo cuando todos celebran sus condiciones. Claro, es malo para nosotros que nos quedamos sin peloteros. Pero es bueno para ellos, que marchan a un beisbol superior donde puedan desarrollarse plenamente, y mejorar su estatus económico”.
Cuando me alejaba del lugar me asaltó la idea de que, tal como van las cosas, muy pronto las señoras Roberta Jacobson y Josefina Vidal puedan acordar la conversión de las Series Nacionales cubanas en una sucursal de las Grandes Ligas de Estados Unidos. Total, en la práctica es como si ya lo fueran.