GUANTÁNAMO, Cuba. -A pesar de haber sido un reclamo permanente de la población interesada, todavía el enlace directo por una ruta de ómnibus entre Guantánamo y Cienfuegos continúa sin ser atendido.
Para viajar a Cienfuegos desde Guantánamo, quienes viven acá tienen que trasladarse hasta Santiago de Cuba y anotarse en la lista de espera. Obtener un pasaje por esta vía puede tardar hasta 72 horas y más. Si se desea asegurar un boleto antes de la fecha escogida para viajar es necesario trasladarse con suficiente antelación a Santiago de Cuba y hacer la cola en una agencia de venta de boletines, algo que podría resolverse en las agencias de Guantánamo pero que todavía no ha sido concebido por los jerarcas de la EON (Empresa Nacional de Ómnibus).
En un país donde el traslado de una provincia a otra es un grave problema y un gasto desproporcionado para los bolsillos más humildes, donde los ciudadanos carecen de acceso a Internet y no están creadas las condiciones para realizar una sencilla compra de un pasaje por ómnibus mediante esa vía, este viaje está colmado de molestias y gastos desde su concepción.
Un guantanamero residente en Cienfuegos opina
Al regreso de un reciente viaje que hice a Cienfuegos para visitar a mi familia de origen conocí a Jacinto Letorneaux Rousseau, un guantanamero que vive en la Perla del Sur. Jubilado, Letorneaux realiza cada dos meses un viaje a Guantánamo para visitar a su madre, muy anciana y enferma.
“Si no fuera por el dinero que me envía mi hijo mayor desde Suecia no podría hacer estos viajes ni llevarle algunos alimentos a mi mamá”, me dijo. “Imagínate que mi pensión es de 370 pesos y solamente en pasaje tengo que gastar 133 en el viaje de ida y la misma suma en el de regreso, sin contar lo que gasto en comida y en transporte desde Santiago hasta Guantánamo y viceversa”.
Letorneaux ha escrito varias veces al gobierno y al Ministerio del Transporte para que establezcan una ruta de ómnibus que enlace a ambas ciudades pero no ha obtenido una respuesta positiva a su reclamo, que, según me dijo, es el de muchos guantanameros residentes en Cienfuegos. “Si hubieran hecho una encuesta preguntando cuántos de los que abordan este ómnibuscontinúan viaje hacia Guantánamo o Baracoa habrían conocido que se trata de una reclamación fundamentada, pero esa gente tiene el transporte asegurado y no les interesa resolver este problema”, concluyó.
Todo contra el viajero
Los ómnibus chinos Yutong no tienen el confort necesario para viajes tan largos. Más allá de la incomodidad provocada por la cercanía entre un asiento y otro, resultan evidentes los signos de deterioro de estos vehículos que prestan servicio desde diciembre del 2005.
Los servicios sanitarios no pueden usarse, muchos de los rectángulos distribuidores del aire acondicionado carecen de la pieza reguladora y la mayor parte de los DVD no funcionan, aunque en este caso el desperfecto es visto con beneplácito por numerosos viajeros debido a la vulgaridad de los materiales que se transmiten a alto volumen hasta bien entrada la noche.
Durante el trayecto que hice hacia Cienfuegos los choferes recogieron a numerosas personas en la carretera lo cual provocó aglomeración en el pasillo y molestias a los pasajeros. Igual lo hicieron al regreso. En las terminales de ómnibus concedieron sólo cinco o diez minutos para que los pasajeros pudieran comer algo e ir al servicio sanitario. Algunos pasajeros protestaron debido a las colas ante los servicios y las cafeterías pero ellos alegaron que tenían que cumplir con el horario. Sin embargo detuvieron el ómnibus varias veces para comprar productos. Al parecer no consideran que el maltrato, las paradas y las recogidas ilegales de pasajeros atentan contra la calidad del servicio.
Los trabajadores encargados de los servicios sanitarios en las terminales de ómnibus exigen un peso para entrar a un local la mayor parte de las veces carente de agua, jabón y limpieza. Jamás tienen papel higiénico. Ante las protestas de muchos viajeros justificaron ese precio alegando que la ONAT (Oficina Nacional de la Administración Tributaria) les exige pagar un alto impuesto por el servicio. Como siempre ocurre, el que paga es el pueblo.
El viajero que continúa el viaje hacia Guantánamo o Baracoa llega a Santiago de Cuba luego de un incómodo viaje de más de doce horas y tiene que alquilar una moto, un auto o un bicitaxi para ir a la calle 4, lugar donde debe alquilar otro transporte particular hasta Guantánamo, el cual cobra sesenta o cincuenta pesos por obra y gracia de los buquenques, individuos que se dedican a llenar los autos y fijan el precio del viaje. Mientras más alto sea el precio más dinero reciben de los choferes.
Un viaje de ida y vuelta desde Guantánamo hasta Cienfuegos cuesta alrededor de $302 pesos por persona, suponiendo que el viajero se traslade desde Guantánamo hasta Santiago de Cuba y viceversa en ómnibus y no consuma nada en el camino ni vaya al servicio sanitario. Si se traslada en vehículos particulares, se alimenta y va a los servicios públicos el viaje sale en unos $476, una suma que representa más del 100% del salario medio en Cuba y que podría reducirse drásticamente si los dirigentes del transporte solucionaran este reclamo de los perjudicados.