LA HABANA, Cuba -A casi un año de la autorización de las cuentas nautas en los teléfonos celulares, las colas en las oficinas de ETECSA que brindan el servicio de contratación del correo electrónico son largas, lentas, mortificantes, para tantos ciudadanos apresados dentro de la vorágine socialista.
En las oficinas de ETECSA enclavada en 17 entre A y B, Vedado, la cola se realiza en el portal de lo que fue una casa de personas de la clase alta de los años 50, que seguramente se marcharon hacia Estados Unidos al triunfar la revolución y sus viviendas fueron confiscadas por el estado, destinadas al servicio público.
El portal era grande y no tenía protección contra el sol, por lo que la espera en la cola era tortuosa. En realidad habían varias colas, para solicitar diferentes servicios, entre los que se contaban el pago del teléfono, la compra de tarjetas propias o para recarga de celulares, y la contratación del correo electrónico nauta, una opción muy bien recibida entre los que poseen teléfonos móviles.
Por falta de conexión con la red la cola estuvo 45 minutos sin avanzar y las quejas de los que esperaban bajo el sol subieron de tono. Las críticas iban desde la burla de culpar al bloqueo por la demora, hasta acusar a latinoamericanos infiltrados por la USAID en Cuba de la pésima conexión con la red.
Cuando al fin se restableció la conexión atendieron a dos personas de la cola, pero entonces las empleadas fueron a almorzar y otra hora y media de espera les sacó los demonios a la gente. Una señora manifestó que gracias a Dios había logrado sacar a sus tres hijos del país, una meta que se había trazado desde hace años, ahora con nauta estaría conectada con ellos desde la casa, pero otra mujer le increpó duramente que era muy triste escuchar que la mayor meta de una madre fuera alejarse de los hijos. La señora le replicó que los había salvado y tenía la conciencia tranquila.
Regresadas de almorzar la cola continuó detenida una hora más, porque de nuevo habían perdido la conexión, y no fue hasta las tres que se restableció, entonces el sol estaba directamente sobre las personas y no había donde guarecerse, además había un solo banco, la espera era de pie.
Algunas personas se marcharon desalentadas y a las cuatro entonces la cola caminó. Los que iban saliendo con el contrato del servicio nauta, les comunicaban a los que esperaban afuera que ahora tenían que ir al telepunto de 17 y A, y realizar otra cola para la configuración del teléfono.
Muchos se desalentaron y se marcharon a sus casas, para completar el trámite otro día, los que quisieron terminar con las angustias encontraron en 17 y A una cola casi tan grande como las que acaban de protagonizar, igual de lenta, en condiciones similares, un solo banco para decenas de personas y sin protección del sol.
Después de esperar largo tiempo, los que al fin lograban salir con servicio instalado enviaban mensajes desde allí mismo a familiares y amigos, para comprobar la eficiencia del servicio. Pero hubieron otros que luego de dos colas que sumaban n casi seis horas de pie bajo el sol, salieron muy molestos, al recibir la información que sus teléfonos no asimilaban la conexión del correo electrónico debido a limitaciones técnicas.
La falta de información sobre la instalación del servicio nauta a la población, repercute en los ciudadanos en tiempo y dinero perdido, y salud deteriorada. La poca profesionalidad de los empleados y los pésimos servicios, un mal generalizado del socialismo, vuelven a las contrataciones y los trámites de la empresa ETECSA en uno de los ejemplos del capitalismo caótico que se vive hoy en Cuba.