LA HABANA, Cuba.- En estos días, la distribución y venta de papas en La Habana ha mostrado matices de escándalo, propios no ya de un país en crisis económica, sino arrasado por la guerra. Las colas deben ser custodiadas por la policía, debido al exceso de personas y a la escasez del producto, lo cual genera constantes actos de violencia y escenas de lastimosa miseria humana.
Según el semanario Trabajadores, el pasado año se produjeron en Cuba 114 mil 510 toneladas de papas, 15 mil 457 toneladas menos que en el año precedente. Directivos del Ministerio de la Agricultura informaron que dicha producción se destinó al consumo de la población, al turismo y a la industria, o se utilizó para semilla, más una reserva que fue almacenada en los frigoríficos.
Pero el año pasado también constituyó una odisea comprar papas en La Habana.
En las provincias Mayabeque, Artemisa, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara y Ciego de Ávila, que son grandes productoras, a los vendedores ambulantes les arrebataban de las manos los paquetes (a sobreprecio) de tres libras por un dólar.
Y desde mayo, sin que mediase una explicación, no se volvió a vender papas en los mercados agropecuarios, a pesar de las miles de toneladas almacenadas en los frigoríficos, en reserva –según se anunció oficialmente- para cuando escaseara el tubérculo.
En cuanto a la cosecha de este año, según el periódico Granma (edición del 2 de marzo) se estima en 65 mil 700 toneladas. Es decir, 44 mil 700 toneladas menos que el año pasado.
En lo que va de mes, la papa se ha comercializado solo en una o dos ocasiones en los 48 mercados agropecuarios, y además en los que administra el Ejército Juvenil del Trabajo, en cantidades notablemente por debajo de la demanda.
La baja cosecha, según dijo a Granma Gilberto Díaz, Jefe de Cultivos Varios del Ministerio de la Agricultura, se debió a la subida de los precios de las semillas, los fertilizantes, los plaguicidas y los sacos, que hubo que importarlos. De los 15 millones de dólares erogados, 4 400 000 dólares se destinaron a semillas, con las que solo se pudo sembrar 3 201 hectáreas, explicó Díaz.
Lo que no explica nadie es qué se hizo con las miles de toneladas de papas guardadas en los frigoríficos. Además, si en Cuba funcionan dos fábricas de fertilizantes, una en Matanzas y otra en Nuevitas, y hasta la fecha no hay noticias de que estén paralizadas, ¿por qué hay que importar fertilizantes?
Pero lo que colma la copa del descontrol y la descoordinación entre los diferentes ministerios, es que entre los insumos que hubo que importar estén los sacos. ¿Acaso en Santa Clara y Bayamo no hay fábricas de sacos de prolipileno? Sin contar que la Empresa de Materia Prima recupera anualmente miles de sacos en los que vienen envasados el arroz, el azúcar y los frijoles. ¿De qué sustitución de importaciones y seguridad alimentaria habla el gobierno?
El funcionario del Ministerio de la Agricultura anunció que se prevé en la campaña de siembra de papas 2014-2015 una cantidad similar de hectáreas a la sembrada el pasado año.
Explicó que en las tierras que no se destinen al cultivo de papas serán sembrados boniato y malanga, pero no dijo nada de las miles de hectáreas en poder de las empresas agrícolas estatales que están cubiertas de marabú y que, por trabas burocráticas, no se entregan en usufructo gratuito para ponerlas en explotación.
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