LA HABANA, Cuba -En el diario Juventud Rebelde del 24 de agosto, el periodista René Tamayo León, en un trabajo titulado “El campo está pariendo”, hace un análisis bastante parcial de una información brindada por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI): “Sector agropecuario. Indicadores seleccionados. Enero-Junio de 2014”.
El periodista analiza la producción agrícola en el primer semestre que fue de 1 939 700 toneladas, para un 17,6 % de crecimiento, pero curiosamente pasa por alto la cosecha de arroz, frijol, maíz, y la producción de carne de res y cerdo, leche y huevo y solo se dedicó a analizar la producción de viandas y hortalizas.
Tamayo León reconoce la tendencia a la recuperación en el caso del arroz, debido a las altas sumas de dinero destinadas para el incremento de la producción de este cereal, resultado del aumento del precio de la tonelada recolectada.
Lo que no dice a las claras el periodista es que el pago de más estimulantes salarios se ha materializado en un significativo incremento de la producción arrocera en Cuba.
En el año arrocero que se inició en noviembre de 2013 y culminó en agosto, a pesar de las dificultades iniciales, se sembraron en las provincias de Sancti Spíritus, Villa Clara y Pinar del Rio, 68 138 hectáreas.
El alistamiento de las tierras destinada a la siembra de arroz fue posible por la incorporación de nuevas y modernas combinadas, tractores, moto-niveladoras, tolvas, carretas y tráilers. La siembra a tiempo, la aplicación de fertilizantes, y la fumigación de los cultivos, permitió realizar la cosecha tal como se había planificado.
Todavía la producción de arroz no se acerca a las 700 000 toneladas que se consumen anualmente en el país.
La cosecha reportada como resultado de la fuerte inversión de recursos en Villa Clara y Sancti Spíritus fue de 66 040 toneladas de arroz apto para el consumo. No hay reporte de lo producido por Granma, la provincia mayor productora de Cuba, ni de Pinar del Río, que ocupa el tercer lugar.
La cosecha de arroz también ha sido posible por la fuerte inversión destinada a rehabilitación de los canales primarios y secundarios de riego, que por espacio de más de 15 años no recibían mantenimiento, así como por la recuperación de la mayor parte de los caminos que estaban intransitables.
Para garantizarle el agua al arroz, ya están en servicio 229 kilómetros de canales primarios y secundarios y 360 kilómetros de viales. En el caso de Pinar del Río se colocaron 730 compuertas para la regulación y ahorro del preciado líquido.
En estos dos últimos años es apreciable el proceso de reconversión y construcción de toda la infraestructura industrial arrocera, cuyo estado de abandono era realmente lamentable. En Sancti Spíritus asignarons12 millones de dólares para estos fines; de ellos, 400 000 dólares se destinaron a la fabricación y reconstrucción de molinos, secaderos y almacenes, que en su mayoría ya están en funcionamiento.
Lo logrado en el sector arrocero no es resultado de la actitud del hombre nuevo, ni de la llamada conciencia y entrega a la causa revolucionaria. Precisamente confiar en eso fue lo que hundió este sector. Lo logrado es resultado de la fuerte estimulación salarial de los trabajadores del campo y la industria. Su salario ya ronda los 100 dólares mensuales y más.
Las miles de hectáreas de tierra sembradas de arroz y las altas cosechas obtenidas han sido posibles porque se han empleado semillas certificadas, un factor determinante para el logro de los altos rendimientos. De 3,21 toneladas por hectárea reportadas en 2013, la cosecha del presente año rondó las 4,5 toneladas por hectárea.