LA HABANA, Cuba — (Cuba Sindical)“¡Otra desgracia para Guanabo!” -dice Vicente Carone Rodríguez, de 64 años, vecino de calle 486 esquina a Séptima Avenida, y agrega:
“Pregunté a un jefe de brigada por qué se retiraban sin terminar los trabajos. Dijo que regresaban a Quiebrahacha y Mariel [pueblos al oeste de la capital] a conectar unos tres kilómetros de tuberías que faltaron; que volvían dentro de dos o tres meses. Dejan un montón de salideros de agua desperdiciándose, que corren por calles y se estancan, como en la esquina donde vivo y en otros muchos lugares. Algunos vecinos improvisaron conexiones a la red para que llegue agua a sus viviendas y tratan de controlar las inundaciones en sus calles”.
Mayor desconsideración porque el abandono ocurre cuando el verano se anticipa varios meses [por el calentamiento global] y ya arriban miles de bañistas a Guanabo –la playa del litoral costero más popular, a 30 kilómetros al este de La Habana– y tanta muchedumbre que acuden a estas playas en busca de distracción veraniega por cercanía y economía al bolsillo, que demanda mucha más cantidad de agua.
Abel Rojas Alemañy vive en avenida Séptima-B No. 484. Señalando un canal abierto con retroexcavadora en el asfalto de la calle, dice: “Cuando regresen –si regresan- para continuar tendrán zanjas que abrir de nuevo porque en muchas cuadras no colocaron tuberías al retirarse, dejaron los huecos que se están llenando de tierra, arena, basuras. Otros tramos fueron sellados, pero mal, el agua se pierde. Hay inundaciones por salideros de las redes, se juntan con las aguas albañales de viviendas, corren por las calles. ¡Esto no tiene nombre! Una burla al pueblo, que se queja con razón por la mala calidad de los trabajos, aunque tienen suficientes hombres, materiales y equipos para trabajar”.
Carone interviene: “Una verdadera chapucería de Acueducto, de sus dirigentes. Ningún jefe exige calidad, buena terminación de los trabajos. Hay lugares donde los conductos enterrados no fueron herméticamente sellados. Se rellenó zanjas con tierra y concreto, se niveló mal el pavimento, un trabajo chapucero y de consecuencias futuras porque ya se observa cómo empieza a salir el agua hasta la calle. Terminará por ablandar tierra y asfalto. ¿Qué pasará dentro de unos meses, concluidos los trabajos, Acueducto se retire? Algunas calles habían sido reparadas no hace poco, ahora empeoraron.
“¿Qué Ministro, qué dirigentes responderán por tan costosas chapucerías?”, pregunta Zoe, maestra. “¿Por qué tanto montón de dirigentes –más que fideos en sopa– no levantan las posaderas de sus poltronas en sus oficinas refrigeradas y se dan una vueltecita por Guanabo para que vean de cerca los destrozos y las condenas de los residentes y visitantes? ¡Que den la cara en Guanabo!”
El acelerado declive de Guanabo y las inmediatas playas Boca Ciega y Brisas del Mar comenzó hace medio siglo con la llegada del castrismo al poder. El suministro de agua se agrava año tras años. Los frecuentes períodos de sequía intervienen, pero el antiguo sistema de conductoras de hierro, sin ningún mantenimiento técnico, sustituidas solo en parte por las de poliéster es el mismo de hace casi cien años desde el fomento residencial de esas playas, mientras la población se ha quintuplicado a lo que se suma la negligencia oficial, desinterés gubernamental y chapucerías de todo tipo, que nadie parece supervisar ni controlar, como es tónica laboral general en el país.
Guanabo en lengua indígena significa El Palmar en alusión a la gran cantidad de palmas yuraguanos abundantísimos en la época precolombina.