LA HABANA, Cuba. – Los Joven Club de Computación, (JCC), fundados el 8 de septiembre de 1987 por el entonces gobernante cubano Fidel Castro, con el anuncio ¨Uno los grandes programas sociales de la revolución¨, atraviesan actualmente por un momento crítico, debido al deterioro de sus equipamientos, serios problemas por la falta de personal preparado y limitaciones en las relaciones de servicios con la población.
En La provincia La Habana existen 84 instalaciones de este tipo y según divulgan en sus murales su misión consiste en ¨proporcionar conocimientos y servicios relacionados con la tecnología de la electrónica, la comunicación y la electrónica a la sociedad cubana¨, pero varios profesores de estos clubes entrevistados para CubaNet, se quejaron de los bajos salarios que perciben y deficiencias en el trabajo que les provocan continuos disgustos.
Uno de ellos, que pidió anonimato, explicó que recientemente les comunicaron cambios en las formas laborales: ¨Prometieron que dentro de poco percibiríamos un extra en el salario por visitar las viviendas y prestar múltiples servicios a domicilio, algo que no acaba de concretarse¨.
Pedro, de 26 años y 7 como informático, alegó: ¨Son numerosas las complicaciones para trabajar actualmente en un Joven Club. Nos han dicho que no podemos eliminar virus en las computadoras particulares, solo instalar un antivirus de diseño cubano, de muy baja calidad. Estoy seguro causará muchas quejas por parte de la población, porque no es efectivo. Nos han prohibido rotundamente instalar el Karspesky, el Avast, y los otros antivirus tradicionales con los que estamos acostumbrados a trabajar. Tú verás que eso nos traerá problemas con los clientes, cuando los virus sigan vivitos y coleando¨.
La compañía creadora del antivirus Kaspersky, aunque radica en Moscu, Rusia tiene oficinas en Massachusetts y distribuye su software extensivamente en los Estados Unidos. En 2014 ocupaba el segundo lugar en ventas al por menor de software de seguridad en este país. De manera similar Avast, una compañía radicada en la Republica Checa, también tiene una presencia importante en el mercado estadounidense y mantiene oficinas de ventas y soporte técnico en California y Carolina del Norte.
Otro profesor de un JCC, que igual solicitó no aparecer con su nombre en el reporte, aportó: ¨Muchos de mis colegas han pedido la baja. Yo solicité el cambio de plaza, de profesor por una de custodio que quedó vacante en el Joven Club, aunque es de menor salario tengo menos responsabilidad. Ni soñando puedo tener una computadora propia y como custodio, por la noche mientras cuido el local, puedo trabajar en mis programas, pero me denegaron la solicitud, dicen que falta personal, porque muchos profesores han pedido la baja para dedicarse a trabajar por cuenta propia. En su lugar han contratado a recién graduados de los cursos básicos, que no saben casi nada de computación y solo pueden prestar servicios menores, o cuidar en el horario de juegos de los niños¨.
Carlos, joven recién graduado de la UCI, (Universidad de Ciencias Informáticas), contó: ¨Después de graduarme no he podido encontrar trabajo en ningún lado, y ando floreando en la calle todo el día. En un Club de Computación no voy a trabajar ni loco. Espero que me caiga algún trabajito particular, pero la competencia es dura, porque en todos los barrios hay un cacharrero, que aunque no son graduado de la UCI, cuentan con mejores programas que nosotros y se han adueñado de la clientela¨.
Abigail, vecino del reparto Flores, se quejó de haber llevado una memoria USB a un club de computación para un servicio, y de 4 GB se la convirtieron en 2 GB, además ahora no permite que la formatee. Fui al club y pedí ver al profesor que me atendió para que me explicara lo sucedido, pero me dijeron que ya no trabajaba allí, había pedido la baja. No tenían la más remota idea de cómo restablecer las propiedades originales a la memoria. Tuve que resolver con el Pelly, un cacharrero del barrio¨.
De 15 cursos iniciales que brindaban los JCC, actualmente solo pueden ofertan 4: Operador de micro, Operador de Linux, Adobe Photoshop y Navegación, según uno de los entrevistados debido a falta de equipamiento y personal preparado.
Los altos precios instituidos por el estado en las tiendas en divisas, (únicas autorizadas para vender), de computadoras, memorias USB y demás dispositivos del mundo informático, vuelven estos equipos inaccesibles para la población cubana. En cambio el mercado negro les ofrece cierto respiro. Igual ocurre con los servicios de mantenimiento y arreglos de las PC, donde los ¨cacharreros¨ aventajan por mucho al estado en la calidad y en los precios.