LA HABANA, Cuba. – La muestra artística “Espacios Cotidianos” con motivo de la Bienal de La Habana 2015, se exhibe en el parque de Ayestarán entre 20 de Mayo y Paseo. Se conjugan en la muestra, el quehacer escultórico del camagüeyano Dagoberto Jaquinet Cejas, conocido artista plástico, y la fotografía audiovisual del habanero Humberto Mayol, periodista de profesión, y cuya labor creativa se enfoca a captar la realidad de la existencia humana en su entorno.
Dagoberto Jaquinet ofrece para la muestra dos esculturas hechas de alambrón soldado pintadas de gris que se titulan: El Caminante y el Ave Fénix. Ambas situadas a cada uno de los extremos de la gran valla rectangular que recoge el fotomontaje realizado por Humberto Mayol. Esta muestra de arte a cielo abierto por celebración de la 12 Bienal de la Habana, permanecerá en dicho emplazamiento hasta el 22 de junio.
La expo-instalación “Espacios cotidianos” navega entre dos aguas. La muestra se alza de espaldas a los más importantes edificaciones del poder dictatorial de la Isla, pero de frente a los barrios marginales como el de San Martín y el laberíntico Platanito. Estos además son los más cercanos a la plaza de la Revolución, después de barrio la Timba.
A la mañana siguiente visité de nuevo el parque para tirar varias fotos bajo la luz del sol. Un vagabundo que dormía sobre un banco tapado con cartones se despertó, y al verme cámara en mano, se acercó a mí y me dijo jocosamente: “¡Buenos días, señor! Debo decirle que yo dormí en compañía del Caminante, al que ya bauticé con el nombre de Ángel de los Espantapájaros, y me siento protegido por el Ave Fénix”. Y enseguida añadió, como si hubiera adivinado cuáles eran mis planes en ese momento: “Si usted lo desea, y tiene fe, ellos pueden acompañarlo en cualquier recorrido por estos alrededores. Yo también le puedo servir de guía, porque nací aquí cerca, bajo el puente del Hoyo de la Vieja. Bueno, si me paga un cafecito. Mire, ahí en la esquina, al lado del teatro”.
No dudé en invitarlo. Nos dirigimos primero a la comunidad platanera, que no es El Platanito de Buey Arriba en la provincia de Granma, surgido en el año 1940 sino El Platanito del municipio Cerro, en la capital habanera, pegado al estadio Latinoamericano. El barrio limita con las calles General Emilio Núñez, Marta Abreu y 20 de Mayo, y colinda por el fondo con la calle Pedro Pérez. Tiene además el barrio un tramo sin canalizar de la infectada Zanja Real, que lleva ya un tiempo desbordada por las intensas lluvias y ha penetrando en muchos hogares y destruyendo cuánto encontró a su paso.
Allí, varios vecinos curiosos se nos acercaron para mirarnos en silencio. Primero con cierto recelo, pero luego se nos acercó un señor sin camisa que empezó a hablar como si ya supiera lo que yo necesitaba saber: “Hace años, yo ya hasta perdí la cuenta, se construyeron esos edificios de doce plantas (Granma I y II). Nos prometieron con bombo y platillo que se ocuparían de construirnos buenas viviendas de mampostería. Pasó el tiempo, más de media rueda de fidelismo, y nada… Para terminar el cuento, una vez mandaron a un dirigentico para que nos explicara que finalmente no era posible recibir ayuda estatal. Entonces cada familia empezó a construir por sus propios medios”.
Luego de abandonar El Platanito, y despedirme del vagabundo, crucé la calle 20 de Mayo, bajé por Marta Abreu, y entré por la calle San Martín, que da nombre al mismo barrio. Según avanzaba, saltaban a la vista las pésimas condiciones de vida que prevalecen entre los habitantes de esta zona marginal. A pesar de que está tan cerca al poder, esta área está totalmente olvidada por las autoridades. Doblé a la izquierda, a buscar Zaldo, y el panorama de pobreza se repetía. Rápidamente subí, saliendo a la calzada de Ayesterán, para llegar de nuevo al parque donde están enclavadas las mencionadas estatuas de la Bienal.
Cansado, me detuve ante el mural informativo que muestra esta instalación. Entonces mientras leía aquel letrero, rechacé las poéticas palabras que allí aparecen escritas, y que repiten todos los consabidos clichés cubanos. Dudé con firmeza que tanto el Caminante como el Ave Fénix pudieran curar nuestras heridas, cada vez más abiertas por los hermanos Castro.
Es importante resaltar que este pequeño parque de Ayestarán posee la escultura monumental de bronce, conocida por El Portador de la Antorcha, con una tarja fechada en 1956. La escultura es obra de la escultora norteamericana Anna Vaughn Hyatt, la cual fue donada a Cuba por su esposo Archer Milton Huntington, reconocido arqueólogo, bibliófilo, filántropo, hispanista, poeta estadounidense, y fundador en 1904 de la Hispanic Society of America: un museo gratuito, dotado de una biblioteca para la investigación artística.