LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Este viernes se conoció una noticia felicísima para todo el movimiento opositor y pro derechos humanos de Cuba: dos de sus más destacados dirigentes —Guillermo Fariñas y Berta Soler— fueron recibidos por el jefe de estado norteamericano Barack Obama. En el caso de la Dama, este encuentro se suma al que sostuvo hace algunos días con el vicepresidente del gran país, Joe Biden.
La selección de los interlocutores no pudo ser más acertada: Entre los cubanos vivos de uno y otro sexo que residen en el Archipiélago y han asumido una postura contestataria frente al régimen totalitario castrista, no parece posible mencionar a un hombre que se haya destacado más que el fraterno “Coco”. Lo mismo puede decirse, entre las mujeres, con respecto a la insobornable líder de las dignas Damas de Blanco.
En el caso de Fariñas, podemos resaltar sus repetidos encarcelamientos, sus numerosas huelgas de hambre, la postura constructiva que siempre ha asumido cada vez que se ha hablado de juntar a los integrantes de la disidencia interna, su disposición a aceptar el liderazgo de otros hermanos de luchas, el merecidísimo Premio Sájarov que le otorgara el Parlamento Europeo.
Este último galardón merece ser señalado de manera especial. Él representó el justo reconocimiento por la epopéyica huelga de hambre y sed que durante 135 días mantuvo el querido “Coco” reclamando la excarcelación de los presos de conciencia cubanos. Ese inmenso sacrificio constituyó el factor fundamental en la liberación de los miembros del Grupo de los 75 y otros cautivos.
Pero los méritos del licenciado Fariñas han sido reconocidos no sólo por prestigiosos hombres de estado extranjeros; también sus compañeros de la oposición interna lo han hecho. Los asistentes a la reunión constitutiva del proyecto unitario que, a falta de nombre oficial, es conocido por el vocablo martiano “Juntarnos”, escogieron a ese gran patriota para encabezarlo. Me sentiré siempre honrado de haber sido el autor de esa propuesta, que todos apoyaron.
En lo que atañe a Berta Soler, ¿qué pudiera decirse? Dentro de las Damas de Blanco fue inseparable hermana de luchas de Laura Pollán; su “yunta”, como reza la acertada metáfora popular. Tras la sospechosa muerte de la segunda, muchos pensaron que el admirable movimiento vacilaría por la irreparable pérdida, pero Berta asumió el liderazgo y llevó a nuevas cotas la actividad de esas mujeres ejemplares.
Bajo la conducción de la Soler, la actividad del grupo femenino se incrementó en el interior del país, como en Santiago de Cuba, Villa Clara, Matanzas y Pinar del Río. También se eliminó la diferencia otrora existente entre las Damas de Blanco propiamente dichas (esposas y parientas de los miembros del Grupo de los 75) y las otras participantes, que eran conocidas por la denominación genérica de “damas de apoyo”.
Por tener uno y otra esas trayectorias tan admirables es que conceptúo de acertadísima la decisión de la actual Administración de Washington al escogerlos como interlocutores del presidente Obama. Me siento muy bien representado por esos dos compatriotas, y estoy seguro de que lo mismo piensa la generalidad de los miembros de la oposición interna.
En el ínterin, los medios masivos de la Isla han guardado absoluto silencio sobre eso que es —sin dudas— una noticia importante. Sólo Dios sabe en qué circunstancias turbias, y dentro de cuántos días, los incondicionales castristas de la “Mesa Redonda” harán alusión a este acontecimiento. Únicamente estos mismos pueden tener una idea de las manipulaciones que perpetrarán para presentar el destacado suceso como algo sucio y bochornoso.
Mientras tanto, salta a la vista una verdad irrebatible: un jefe de estado tan importante como el de la superpotencia mundial ha podido destinar una parte de su tiempo para recibir a dos personas que sólo tienen una cosa: su inmenso capital moral. Sin embargo, quien encabeza ahora el país en el que uno y otra nacieron y por cuya libertad ambos luchan de manera tan denodada y pacífica, no ha encontrado tal posibilidad.
Sucede ahora algo parecido a cuando la brillante bloguera Yoani Sánchez remitió sendos cuestionarios a ambos líderes gubernamentales. El extranjero —Obama— sí respondió, lo cual no dejó de ser tergiversado por el inefable Randy Alonso y sus compinches de la “Mesa Redonda”. El general de ejército Raúl Castro —por el contrario— guardó silencio.
Sé que el fraterno “Coco” tiene previsto un próximo periplo al Viejo Continente. Espero que también realice otro viaje trasatlántico la aguerrida líder de las Damas de Blanco. Y sólo queda desear, para bien de Cuba, que altos dirigentes europeos encuentren asimismo el tiempo y tengan la valentía política necesaria para entrevistarse con ambos.
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