LA HABANA, Cuba, septiembre de 2013, www.cubanet.org.- El Instituto Lech Walesa, en Varsovia, auspició el taller sobre lucha no violenta (del 4 al 14 de este mes), en el que participó un grupo de activistas de derechos humanos, opositores políticos y periodistas independientes, residentes en la Isla.
Leannes Imbert, quien tiene a su cargo el Observatorio de los Derechos de la Comunidad LGBT en Cuba, y es además corresponsal de Cubanet, fue invitada.
Narra que un día antes de la partida, el 3 de septiembre, salió temprano a cumplimentar las últimas gestiones de su viaje.
En la calle G esquina 21, en El Vedado, la esperaba un auto verde (Lada), con dos agentes de la Seguridad del Estado, que no le dejaron opción de negarse a subir.
Estas detenciones arbitrarias tienen carácter de secuestro y evidencian un cariz extrajudicial:
-No son uniformados con placa, no te muestran una orden de arresto, no te permiten llamar a tu familia. Te conducen, no a una Estación de Policía, sino a una casa en las afueras de la ciudad-, expresa Imbert.
Luego de tomar la Avenida Boyeros, en la intersección con la calle 100, doblaron y siguieron conduciendo hasta tomar un camino que una señalización describe como El Cotorro. Pero continuaron hasta una zona rural.
-Llegamos a una vivienda muy bien construida, que perfectamente podría confundirse con una casa de familia, con cerca y fachada muy bien pintadas.
Una vez dentro, la invitaron a tomar asiento, insistiendo en un sitio específico:
-Asumí que la posición que me señalaron era el objetivo de la cámara con la que podrían estar filmando.
En la casa solo eran visibles las personas encargadas del servicio doméstico. Sin embargo, el teléfono móvil de la víctima quedó fuera de la habitación, indicando que debía haber más trabajadores del Ministerio del Interior en otras habitaciones, encargados de lo que ellos llaman “técnica operativa”.
Refiere Imbert que las palabras que utilizaron para expresar su principal preocupación, fueron:
Ten cuidado con lo que dices allá afuera. Hay gente que ha salido y se ha puesto a decir cosas que no debería decir, cosas del gobierno cubano. El resultado va a ser que no van a salir más.
Según Imbert, pasaron a mostrarle fotos de sus actividades y reiteraron la amenaza de condenarla, a 20 años de cárcel, por las cosas que escribe y las personas con quien se reúne. Pero automáticamente dijeron estar muy preocupados y que lo que querían era cuidarla. Mencionaron a su familia en los términos de tú sabes que tu madre está enferma y no le va a caer bien que tú vayas a la cárcel.
A las 4 de la tarde de ese día la liberaron y le permitieron marchar a Polonia.
En Varsovia
En los diez días que duró el taller, además de las charlas, los cubanos visitaron el Instituto de la Memoria Nacional, dedicado a documentar hechos lamentables ocurridos durante el periodo de la ocupación soviética y con el gobierno del partido comunista polaco (POUP).
En dicho Instituto se archivan los expedientes de las personas que pertenecieron o colaboraron con la Seguridad del Estado, encargada de implantar el terror comunista en todos los países donde gobierna semejante partido.
Todavía aparecen evidencias físicas de lo que significó para esa población la brutal represión a que fue sometida, en determinados periodos de la historia.
-Por ejemplo, alguien sabe que en alguna región hubo alguna matanza de personas que estaban en contra del comunismo; entonces los forenses acuden. En pleno siglo XXI han aparecido restos humanos-, declara Imbert.
También fueron invitados a participar en una protesta en la calle, comandada por veteranos del Sindicato Solidaridad (que hoy en día es un Movimiento). Una semana al año rememoran las protestas que pusieron fin a la dictadura comunista, y aprovechan para demandar al actual gobierno por cuestiones de actualidad.
Esta vez se trataba de exigir el incremento de las pensiones.
-Hay una cultura de la protesta en Polonia. Se paraliza el tráfico. Allí observamos a la policía en la tarea de crear seguridad en torno a los manifestantes. Uno de ellos tomó la imagen del actual ministro de finanzas polaco y la golpeaba en la cabeza. Nadie la emprendió contra él.
Pudieron conocer de primera mano que la mayoría de las veces el gobierno ha respondido, dando curso legal a las demandas ciudadanas, y la sociedad se ha transformado, de manera no violenta.
De vuelta a Cuba
Imbert llegó al aeropuerto internacional José Martí el 14 de septiembre.
Al tercer día de su regreso, los mismos agentes en el mismo Lada verde la esperaban en las inmediaciones de su casa. Se repitió la escena:
-Fui abordada y conminada a subir al auto. Tomaron otro camino y tengo la impresión de que la casa adonde me llevaron estaba más lejos.
Esta vez se mostraron interesados en las fotos que Imbert conservaba en el teléfono, fotos de Polonia.
-Intentaron obtener información sobre los participantes y los organizadores, con el método de aparentar una conversación sin presiones, comentando las fotos y haciendo preguntas, que no respondí.
Entre sarcasmos le hicieron saber que estaban en el aeropuerto el día en que regresó, porque, según expresaron, notaron la cantidad de maletas que traía.
Esta vez la detención se prolongó desde las primeras horas de la mañana hasta las 6 de la tarde.
Lucha no violenta
Las dictaduras comunistas producen una compleja situación social. Además del temor que engendran entre los habitantes, a perder el empleo, la libertad, incluso la vida, mantienen el discurso de que actúan en nombre de la paz y la liberación de los pueblos de la opresión del capitalismo. Tal combinación de factores es en extremo perturbadora.
Pero en Europa, incluso las que aparentaban ser más inexpugnables, estas dictaduras fueron derrocadas, en el momento en que la ciudadanía sacó la cuenta de que querían un futuro de libertad, y aceptaron participar en el cambio, que consiguieron por los métodos de la lucha no violenta.
Polonia superó la dictadura en el año 1989. El Sindicato Solidaridad logró movilizar a la población, que se determinó a desafiar al gobierno del partido comunista, e imponer, por la vía de las huelgas de trabajadores, las protestas masivas y la desobediencia civil, la voluntad ciudadana de rescatar una a una las libertades secuestradas.
Nota: Cualquier similitud con la dictadura cubana no es pura coincidencia.